Durante décadas, los astrónomos encargados del estudio de los rayos X, han estudiado el complejo comportamiento de los sistemas binarios que emparejan a una estrella normal y a un agujero negro. En estos sistemas, el gas de la estrella normal cae hacia el agujero negro formando un disco de acreción a su alrededor. La fricción existente en este disco hace que el gas se caliente a una temperatura de millones de grados, lo suficientemente caliente como para producir rayos X.
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