3 de febrero de 2010

Estrellas masivas nacen como las estrellas similares al Sol

La observación de la rápida formación de estrellas masivas es un acto casi imposible ya que normalmente se encuentran oscurecidas por el polvo y el gas que las rodean en sus primeros instantes. Ahora, las observaciones realizadas con Gemini indican que estos gigantes estelares nacen de una manera similar a como lo hacen las estrellas parecidas a nuestro Sol.
Las estrellas masivas se sabe que nacen en un proceso mucho más rápido que en el caso de las estrellas de masa solar. Las teorías existentes para la formación de estas estrellas masivas avalaban la existencia de procesos físicos completamente distintos en el proceso. Pero las nuevas observaciones que combinan la óptica adaptativa, que elimina los efectos nocivos de la atmósfera terrestre en las observaciones, con datos aportados por instrumentos espectroscópicos en la banda del infrarrojo cercano, han permitido a los astrónomos penetrar en las nubes de polvo que rodean W33A, una protoestrella masiva situada a 12.000 años luz de nosotros en la constelación de Sagitario.
La ventaja que tiene la luz infrarroja en este tipo de observaciones es que es capaz de atravesar el material que rodea a la estrella, y así permitir ver lo que está sucediendo en el interior de la nube natal de W33A. La luz óptica no es capaz de atravesar esa capa. De esta forma se ha podido resolver la nebulosa interior en pequeñas escalas espaciales y se ha podido determinar la dinámica de gas para determinar su velocidad y la forma en que fluye alrededor de la estrella en formación. Esta es una herramienta sorprendentemente potente para comprender el funcionamiento interno y cómo se forman realmente las estrellas.
La protoestrella W33A es diez veces más masiva que el Sol y está ganando peso rápidamente. Las observaciones también apuntan a la existencia de un disco de polvo y gas alrededor de la estrella. El conjunto de datos obtenidos han revelado que esta estrella masiva se está formando de manera similar a como lo hacen las estrellas menos masivas, salvo que el proceso es más rápido que en estas últimas.
La combinación de la óptica adaptativa con la espectroscopía, ha sentado un precedente para el futuro estudio de la formación de estrellas masivas.

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