
Cuando una estrella como el Sol comienza a quedarse sin gas de hidrógeno como combustible para las reacciones nucleares que generan energía en su núcleo, se hinchan formando una gigante roja, que devora a sus planetas interiores. Como el motor central de la estrella comienza a tambalearse, los pulsos de la gigante roja comienzan a producir expansiones y contraciones en el astro, generando una serie de pulsaciones. Mediante los telescopios infrarrojos Optical Telescope Array (IOTA) del Observatorio Astrofísico Smithsonian en el Observatorio Whipple en los Estados Unidos, los astrónomos fueron capaces de obtener imágenes de estas pulsaciones, creando una película a partir de ellas.

Las imágenes muestran que las pulsaciones no son simétricas, sino que son desiguales, con puntos de acceso y las nubes expulsadas lo hacen en diferentes direcciones. La estrella se contrae y se expande cada 408 días. Nosotros llamamos a estas estrellas variables de tipo Mira.
Cuando Chi Cygni está contraída, su diámetro es de 482,8 millones de kilómetros de ancho y muestra una serie de manchas grandes que cubren la superficie y nubes de plasma en ebullición.A medida que se expande, la estrella llega a tener un diámetro de 772,5 millones de kilómetros, lo que comparado con nuestro Sistema Solar, abarcaría una distancia que llegaría al cinturón de asteroides. Con cada pulsación, la gigante roja arroja un poco más de sus capas externas. Con el tiempo, estas capas se acumulan, expandiéndose en una nebulosa planetaria.
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