
En 1843 Eta Carinae sufrió una espectacular erupción, lo que la convirtió en la segunda estrella más brillante del firmamento tras Sirio. Durante este episodio violento, Eta Carinae expulsó material equivalente entre 2 y 3 masas solares desde las regiones polares de la estrella. Este material, viaja a una velocidad cercana a 700Km/s y a él se deben los dos grandes lóbulos bipolares, conocidos ahora como la Nebulosa del Homúnculo. Después de la erupción, Eta Car se desvaneció y extalló de nuevo brevemente, cincuenta años más tarde, estableciendo su magnitud en alrededor de 8 unidades.

En la curva de luz de la imagen, se muestra el brillo aparente visual de Eta Car, desde 1822 hasta la fecha. Contiene estimaciones visuales (círculos grandes), fotográficas (cuadrados), fotoeléctricas (triángulos) y de CCD (círculos pequeños) . Todas ellas han sido equiparadas para la coherencia de los datos del conjunto. Los puntos rojos son las observaciones más recientes.
Alrededor de 1940, Eta Car cambió de repente su estado. El espectro empezó a variar y el brillo comenzó a aumentar. Lamentablemente, todo esto ocurrió en un momento en el que casi nadie la estaba mirando, así que se desconoce exactamente lo que ocurrió. Todo lo que sabemos es que por la década de 1950, el espectro de líneas de helio sufrió una modificación lo que provocó que tanto la estrella como la nebulosa fueran aumentando gradualmente el brillo. En el pasado se han visto tres cambios de estado. Los científicos sospechan que estamos viendo otro cambio de estado.
Durante todo este tiempo, Eta Car se ha desprendido de material a través de sus violentos vientos estelares. Ésto ha provocado la aparición de una nube de polvo opaca en las inmediaciones de la estrella. En situaciones normales, este polvo bloquearía nuestra visión de la estrella. Pero en este caso, se sospecha que percibimos el brillo gracias a una disipación del polvo. Pero esta disipación no puede deberse sólo a la expansión del polvo, sino que parece estar más relacionada con alguna causa que lo destruya, o bien, que el viento solar que lo genera está disminuyendo de intensidad. El doctor Kris Davidson, de la Universidad de Minnesota apunta a esta segunda posibilidad como causa del aumento del brillo de la estrella central. Según este científico, Eta Carinae intenta regresar a su estado previo a la explosión que sufrió en la década de 1840. Aún así Davidson se lamenta del poco conocimiento que se poseen de este tipo de astros.
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