
El 4 de septiembre el planeta Saturno entró en su equinocio, ocultándonos sus anillos de la vista. Este es un fenómeno que se repite cada 15 años cuando la Tierra se sitúa justo en el plano de los anillos. Desgraciadamente, esta vez ocurre con un Saturno muy cercano al Sol, por lo que su observación nos es imposible. El perfil de los anillos es de unos pocos kilómetros, por lo que teniendo en cuenta la gran distancia que nos separa del planeta, es imposible la observación de este pequeño espesor por los telescopios terrestres. Pero en lugar de perder su belleza, Saturno regala a los astrónomos la oportunidad de realizar otro tipo de estudios que con la presencia visible de los anillos resulta dificultoso como es la búsqueda de más lunas en el planeta.
A partir de ahora, y hasta el 2.024 será el polo norte de los anillos lo que podamos contemplar, mientras que en los últimos 15 años, lo que hemos observado ha sido la cara sur de éstos.
A partir de ahora, y hasta el 2.024 será el polo norte de los anillos lo que podamos contemplar, mientras que en los últimos 15 años, lo que hemos observado ha sido la cara sur de éstos.