
La Luna no está protegida del viento solar como la Tierra al no poseer un campo magnético tan fuerte como el terrestre, lo que la hace vulnerable a las embestidas de las partículas cargadas que proceden de nuestra estrella. El 90% de las partículas que impactan contra la superficie de la Luna quedan enterradas en su suelo, mientras que el 10% restantes, salen disparadas en diferentes direcciones. La sonda IBEX de la NASA ha realizado diferentes observaciones y han dado con estas partículas, aclarando su existencia y zanjando toda posible especulación al respecto.
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